lunes, 24 de noviembre de 2014

Carta al trabajo duro


Carta para el trabajo duro:
Querido “trabajo duro” solía odiarte. 
Cuando llamabas mi nombre, huía de ti.
Cuando sabía que vendrías, me escondía de ti.
Cuando influenciabas a otros para que me hablasen de ti,rápidamente inventaba excusas para alejarme de ti asustado del dolor, porque no quería hacerme daño.
Asustado de fallar, entonces ni siquiera intentaba.

Asustado de tu nombre, por lo que has hecho a otros.¿Quién te crees que eres? Asustándome por quién eres,reflejándote en el espejo la sombra detrás de mi,doy un paso y sigues delante mía.
El sudor en mi cara, lagrimas en mis ojos;seguiré hacia adelante.Escuché que no dices mentiras,que conviertes al pobre en rico,malas calificaciones en buenas;¿hay algo que no puedas hacer?

 Ahora mírame,tu hiciste de mi quien soy hoy, y por ti,tengo esta actitud de nunca perder, nunca abandonar.

¿Abandonar? Esa palabra no existe en mi vocabulario.
Mientras ellos abandonan, yo sigo adelante.

Cuando duermen, yo trabajo más duro.
Cuando dicen que no pudo y me relegan,les demuestro que sí puedo.
Cuando les cuento mis sueños, mi futuro,se ríen de estos y entonces, yo río menos.
Soy un cazador de sueños y eso significa que busco mis propios sueños y los de nadie más.
Solo yo puedo vencerme,soy yo contra mi propio entrenamiento,no existe la derrota.
 No voy a perder.
Llegué hasta aquí y tengo claro que no voy a detenerme ahora,a echarme para atrás.
Querido “trabajo duro”, mi padre tenía razón sobre ti.

Cumples lo que prometes, y por eso, te amo.
¿Cómo no voy a hacerlo? 
Ya no me escondo de ti, estoy esperándote.
De hecho, ¿dónde estás?





No hay comentarios:

Publicar un comentario